El harén pedagógico. Perspectiva de género en la organización escolar
Todo está impregnado de significados (más o menos explícitos, más o menos compartidos), en la organización escolar. Todo habla en las organizaciones: el espacio, el tiempo, la estructura de participación, la dinámica de poder, las relaciones interpersonales, las tareas, los materiales... Nada es aséptico. Nada es casual. Hace falta afinar el oído para escuchar y disponer de teorías para interpretar lo que se oye. Para comprender las organizaciones escolares es preciso cribar los hechos, las palabras y las concepciones con el cedazo del significado.
Una de las dimensiones que subyace a toda la dinámica organizativa es la de género. La institución escolar está integrada por hombres y mujeres, alumnos y alumnas, padres y madres que comparten cada día tareas y relaciones. Esta condición de hombres y mujeres influye en las expectativas, las concepciones, el desarrollo de trabajos, el desempeño de cargos, el envejecimiento, las relaciones interpersonales, la distribución del tiempo y del espacio, la utilización del lenguaje... Es imprescindible acercarse a estas cuestiones para entender el verdadero sentido de la institución y para reconstruir el significado de lo que cada día se hace.
Este discurso, sobre el que es necesario profundizar, permitirá entender lo que sucede actualmente y transformar las prácticas profesionales en aras de una educación verdadera; es decir, de un proceso fundado en valores. Un proceso intencional y riguroso, enclavado en un espacio compartido de respeto, de igualdad y de justicia.
La organización escolar tiene que convertirse en una instancia de reflexión crítica, de actuación coherente y de acción coeducativa, en la que alumnos y alumnas aprendan a conocerse, a aceptarse y a convivir de forma justa y respetuosa.