La organización escolar. Repensando la caja negra para poder salir de ella
Una escuela (colegio, instituto, universidad) es, ante todo y de manera visible, una organización; es decir, la coordinación estable de un conjunto de actividades con vistas a un fin. No es una organización cualquiera, por supuesto, pero antes de entrar en las peculiaridades hay que empezar por lo que tiene en común con otras, con todas las organizaciones. Hay mucho, que aprender de todas ellas, en particular de las más exitosas (o más poderosas) y de las que, inmersas en contextos más exigentes o más competitivos, se ven por ello obligadas a aprender más rápido. Sin ir más lejos, de la empresa (privada o pública), que es la más ubicua y dinámica, aunque no sólo. Pero hay otros aspectos, más específicos de las escuelas, en los que éstas tienen que aprender por sí mismas y con pocas o ninguna referencia distinta, o incluso en estado de alerta contra el riesgo de adoptar fórmulas descontextualizadas. Una escuela no es una empresa, ni una iglesia ni otra cosa que una escuela. Pero ésa es la segunda parte.