Entrevista con Olgamir Amancia Ferreira, Decana de Extensión de la Universidad de Brasília

Olgamir Amancia Ferreira es Doctora en Educación por la Universidad de Brasilia (2009), con maestría en Estado, Políticas Públicas y Gestión Educativa por la UnB (2002). Se Licenció en Ciencias, con especialización en Matemáticas, en el Centro de Ensino Superior de Brasilia (1985).

Actualmente, es profesora asociada de la FUP/UnB, en la Licenciatura en Ciencias Naturales, Decana de Extensión de la Universidad de Brasilia - UnB, desde 2016 y miembro del Comité Permanente de Extensión de la Asociación de Universidades Grupo Montevideo-AUGM. Fue Presidenta del Foro de Prorrectores de Extensión de Instituciones Públicas de Educación Superior Brasileñas - FORPROEX (2020-22) y Coordinadora del Colegio de Prorrectores de Extensión de IFES – COEX/Andifes (2019-2022).

La Dra. Olgamir Tiene experiencia en el área de Educación, con énfasis en Formación Docente, Metodología de la Investigación y Administración de Sistemas Educativos, trabajando principalmente en los siguientes temas: Política Educativa, Gestión Educativa, Planificación y Evaluación Institucional de la Educación, Filosofía y Sociología de la Educación, Políticas para las mujeres, Género y sexualidad asociados a la educación.

Al asumir el Decanato de Extensión de la Universidad de Brasilia (DEX/UnB), ¿cuáles eran sus prioridades para ese rol en la universidad? ¿Cuáles son los vínculos entre Extensión y el Plan de Desarrollo Institucional de la UnB/PDI?

En primer lugar, nos correspondía asegurar la institucionalidad de las acciones de extensión. Hubo varias iniciativas en marcha, en diferentes unidades, pero como el sistema de extensión (SIEX) tenía numerosas limitaciones, los proponentes de las acciones muchas veces optaron por no institucionalizarlas. Por lo tanto, se perdieron datos importantes que ya no se utilizaron como referencia para la planificación de políticas de extensión y la evaluación institucional.

Otro movimiento importante fue implementar y consolidar la lógica de la convocatoria como mecanismo de inducción y promoción de proyectos. Entendemos este mecanismo como más democrático, transparente y con más potencial para popularizar la prórroga.

Con esta práctica superamos la política extraoficial y fomentamos el desarrollo de proyectos encaminados a construir soluciones democráticas a problemas concretos de nuestra región y del país. Todas estas medidas permitieron a la UnB hacer grandes contribuciones a la sociedad, como, por ejemplo, la movilización de proyectos en conjunto con investigaciones para combatir la pandemia de Covid-19.

Las acciones de extensión se desarrollan con el PDI como espacio de referencia fundamental, ya que el documento orienta el accionar de la universidad en todas las áreas del conocimiento, buscando estimular el desarrollo de actividades didáctico-científicas acordes con los principios básicos de la universidad.

En este sentido, la referencia al PDI orienta procesos que privilegian la libertad de pensamiento y expresión, la inseparabilidad de la docencia, la investigación y la extensión, la universalidad del conocimiento y la promoción de la interdisciplinariedad, la evaluación y mejoramiento constante de la calidad, la base humanística, el compromiso con el desarrollo y la paz del país, así como la defensa de los derechos humanos.

Durante su gestión como Decana de Extensión, es notable la visibilidad que adquirieron las actividades de extensión dentro y fuera de la Universidad. ¿Qué acciones y prácticas de gestión se desarrollaron para lograr estos resultados?

Fueron varias iniciativas desarrolladas simultáneamente, diseñadas a partir de una política de extensión anclada en la dialogicidad, la colectividad y la transparencia.

Buscamos brindar recursos e incentivar el uso de la estructura DEX, basada en la institucionalidad de acciones y la implementación de avisos. Muchas de estas convocatorias incluso se lanzaron en colaboración con otros decanatos, especialmente el Decanato de Investigación e Innovación y el Decanato de Educación de Pregrado. Fomentar la gestión compartida de los recursos presupuestarios asignados, de modo que se valore más el surgimiento de actividades colectivas que las de carácter individual.

Bajo el mismo lineamiento también se desarrollaron programas estratégicos como el Programa de la Semana Especial Universitaria, la Red de Centros de Extensión y la Red de Casas Universitarias de Cultura, entre otros. Estos programas estratégicos se caracterizan por fomentar la acción interdisciplinaria en red, en conjunto con la investigación, estableciendo vínculos preferentemente con grupos poblacionales más vulnerables como refugiados, quilombolas, indígenas, mujeres, escuelas públicas, comunidad LGBTQIA+, etc. Esto resalta y amplifica el potencial de la extensión para la transformación social.
 

En su opinión, ¿cuáles son los principales impactos de las actividades de extensión en la formación de los estudiantes?

Las prácticas de extensión fomentan la convivencia entre estudiantes de diferentes carreras, con diferentes perspectivas sobre los procesos, así como el diálogo constructivo con la comunidad extrauniversitaria. Esto lleva al reconocimiento de las diferentes y diversas formas de entender el mundo y la relevancia de las distintas formas de conocer para el desarrollo de la ciencia y la tecnología. Se crea así un proceso académico rico y desafiante, estimulando la autonomía, la capacidad de decisión, la crítica y la autocrítica y la audacia transformadora.

La exigencia de que el estudiante proponga, analice, desarrolle, evalúe y retroalimente el proceso, es decir, que tenga primacía en la producción de conocimientos, le proporciona al estudiante un nuevo lugar en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Además, la extensión acerca al estudiante a la realidad del territorio, animándolo a problematizar esta realidad y obtener los medios para producir soluciones en sintonía con el contexto. Así, la ampliación da un nuevo significado a la vida académica y profesional e intensifica el impacto de la universidad en la vida cotidiana de las personas.

¿Cómo las acciones de extensión fortalecen la relación de la UnB con la sociedad?

Hay varias formas en las que la extensión garantiza un acercamiento transformador entre la universidad y la sociedad a través de la extensión. En el caso específico de la UnB, creo que las Redes de Centros de Extensión y Casas Universitarias de Cultura han contribuido de manera original y destacada a esta misión universitaria. Cuando logramos promover una articulación fructífera de acciones en diversas áreas del conocimiento y desarrollarlas con una perspectiva dialógica en relación con lo que demandan los territorios en consonancia con los conocimientos que allí se producen, estamos fortaleciendo el papel de la universidad en la vida práctica de las personas. vidas. Ésta ha sido la característica de las acciones en los cinco centros de extensión del DEX/UnB: Chapada dos Veadeiros, Territorio Kalunga, Ceilândia, Recanto das Emas y Paranoá/Itapoã. De la misma manera, el trabajo con el arte y la cultura con un sesgo extensionista ha marcado la amplia gama de proyectos que se han desarrollado en la Casa de Cultura da América Latina, Casa de Niemeyer y Memorial Darcy Ribeiro. Se trata de espacios que se caracterizan cada vez más por una pertenencia bidireccional: la UnB se siente más perteneciente a la comunidad y la comunidad se siente más perteneciente a la UnB. De este diálogo se pueden identificar numerosas acciones de enorme relevancia. Muchas de estas acciones se pueden encontrar a través de nuestras publicaciones, como los catálogos de la Revista Participação y de la Red de Polos de Extensión, disponibles en el sitio web de DEX.

¿Cuáles son los objetivos y estrategias de extensión para la UnB en los próximos años?

Ciertamente, uno de los principales desafíos de la extensión en los próximos años está vinculado a los procesos de inserción curricular extensionista. La inclusión de la extensión oficialmente en los planes de estudios de las carreras de pregrado, integrando al menos el 10% de la carga horaria total, brinda a las instituciones de educación superior la oportunidad de repensar sus prácticas y su relación con la sociedad. Sin embargo, todos sabemos que cambiar la cultura no es un proceso fácil, ya que implica multitud de factores muy complejos. En este sentido, lo que tenemos que asegurar es que la extensión pueda ser vivida mejor por toda nuestra comunidad. Necesitamos más administrativos, docentes y estudiantes comprometidos con el trabajo de extensión, entendiendo este proceso como parte integral de la formación a nivel de pregrado y posgrado y como un calificativo político para la investigación y la innovación. Para lograrlo, es necesario darle mayor valor a la extensión en carreras técnicas y docentes, simplificar los procesos de registro y evaluación de acciones y diversificar las formas de apoyo, además de ofrecer becas a estudiantes de pregrado. Además, será importante estimular cada vez más la producción científica en torno a la extensión, de modo que este campo del conocimiento pueda progresivamente fortalecerse y salir de su estatus subordinado en relación con otras formas de investigación, tecnología e innovación del pasado.

Ana María de Albuquerque Moreira
Universidad de Brasilia

 

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