Educar es otra cosa. Manual alternativo. Entre Calasanz, Milani y Freire
Recurrir a la educación es lo típico de las decadencias. Los adultos creen poder restañar las heridas del mundo modelando a los recién venidos. En cambio, las épocas de esplendor y vitalidad arrastran sin querer a sus hijos y los introducen en el entusiasmo general con la sola instrucción.
Hoy, si chicas y chicos nos desbordan, es señal de que ellos perciben mejor los cambios y nuevos desafíos. Sin embargo, todo son leyes de educación y nuevos programas. A la escuela se le pide educar para la ciudadanía democrática, para prevenir la violencia, el tabaco y las drogas, y hasta el agujero del ozono. La Didáctica (el cómo) ha suplantado a la Pedagogía (el qué).
Este libro se mueve entre tres gigantes de la educación, con el ánimo de todavía seguir educándonos todos y, si es posible, también en las escuelas. Denuncia el afán de clonar y modelar a los demás, y separa con tiento educar de enseñar, porque "nadie educa a nadie", sino juntos.