Entrevista a Javier Martínez Aldanondo - Catenaria GDC
Javier Martínez Aldanondo es Gerente de la División de Gestión del Conocimiento en Catenaria GDC (Chile, www.catenaria.cl). Es especialista en e-learning y en gestión del conocimiento, licenciado en Derecho, Máster en Comercio Exterior, Máster en Internet Management y socio de Neos Conocimiento y Aprendizaje.
1. En educación...¿Qué mandamientos capitales hay que tomar en consideración? y ¿Por qué?
El primer mandamiento pasa por tener claridad acerca de qué es la educación y para qué educamos a nuestros hijos y jóvenes, algo sobre lo que por desgracia claramente existe un paradigma erróneo. En mi opinión, la educación es algo que te ocurre y NO lo olvidas ya que si se te olvida NO fuiste educado (lo que ocurre con la mayor parte de lo que estudiamos en el colegio y la universidad). Y educamos a los niños con el objetivo de prepararles para la vida y entregarles herramientas para enfrentarse la sociedad del conocimiento en la que se van a desenvolver. Eso significa que la educación debiese parecerse a lo que les espera cuando sean adultos, algo que de nuevo apenas sucede. Para avanzar en esa dirección, hay varios elementos a tener en cuenta.
- La motivación es la energía del aprendizaje;
- Los profesores creemos que las personas quieren aprender lo que nosotros les queremos enseñar lo que es falso, quieren aprender lo que les interesa a ellos;
- Cuanto más habla un profesor, menos aprenden los alumnos;
- Para aprender no hace falta estudiar, no es necesario hacer cursos ni hacen falta contenidos;
- Las personas aprenden haciendo y no escuchando o leyendo aunque el colegio asocia aprender a estudiar. Si tienes buenas notas entonces eres inteligente y la vida se divide en asignaturas. Sin práctica, sin reflexión profunda y sin feedback no hay aprendizaje. La práctica hace maestros;
- El error es uno de los elementos esenciales del aprendizaje. El aprendizaje surge de la confusión;
- La tecnología no mejorará un modelo que no funciona sino que lo empeorará;
- Para aprender lo importante son las preguntas que te haces. El colegio sin embargo está lleno de respuestas a preguntas que nunca te haces y que por tanto no te interesan;
- No hay nada más sencillo que innovar en educación, sólo hace falta cambiar dos cosas: qué se enseña y cómo se enseña;
- El paradigma escuela, profesor, aulas, horarios, asignaturas, exámenes, notas, etcétera, tiene sus días contados;
- El colegio es una competición donde unos pocos ganan y el resto no;
- Las personas sabemos aprender pero no sabemos cómo aprendemos. El sistema educativo te convence de que aprender es un proceso externo a tí, del que no eres responsable;
- No aprendes algo hasta que no lo haces y, sobre todo, lo recuerdas y lo sigues haciendo años después. El cerebro no acumula datos, conceptos y fórmulas, sino que almacena casos, historias, errores, proyectos, etcétera;
- Una de las principales funciones de un profesor debiese ser transmitir a sus alumnos la pasión por aprender;
- Si lo que quieres es enseñar no se puede practicar, pregúntate si merece la pena enseñarlo;
- Los exámenes han logrado trivializar la educación al punto de equipararla a los concursos de televisión: se trata de acertar respuestas correctas y ganar premios;
- Enseñar no es una actividad posible, aprender sí lo es.
2. ¿Qué importancia tiene la gestión del conocimiento para las organizaciones educativas?
Para responder esta pregunta, en primer lugar habría que estar de acuerdo en qué entendemos por gestión del conocimiento que no es otra cosa que sacar partido de lo que ya sabes (y por tanto has aprendido) para obtener los resultados que persigues. Las organizaciones educativas, como cualquier otra organización, tienen clientes, les entregan servicios, se organizan a través de procesos que son ejecutados por personas, etcétera. Y al mismo tiempo, las organizaciones educativas son organizaciones de conocimiento, la materia prima sobre la que trabajan sus integrantes es conocimiento y el "producto" que entregan a sus clientes es conocimiento. Por tanto, su principal activo es el conocimiento, casi todo lo que tienen es conocimiento. Todo esto significa que la principal actividad que deben llevar a cabo las organizaciones educativas para alcanzar los resultados deseados es precisamente hacer gestión de ese conocimiento que ya tienen y, al mismo tiempo, estar preparadas para incorporar el conocimiento que no tienen pero necesitan o van a necesitar en el futuro.
3. ¿Cuáles son los principales problemas que encuentran las organizaciones educativas para gestionar el conocimiento?
Los problemas son los mismos que encuentran el resto de las organizaciones. El primero es que en la mayor parte de los casos, ni siquiera son conscientes de que necesitan gestionar su conocimiento ya que el conocimiento, al igual que el oxígeno, es invisible y aunque resulta imprescindible para vivir, sólo eres consciente de su importancia cuando te falta. En segundo lugar, las pocas instituciones que se dan cuenta de que no pueden seguir estando ciegas respecto de su activo más importante, se enfrentan a un problema grave: no saben qué conocimiento tienen, cuál de todos es más importante, quién lo tiene y en qué situación se encuentra. Es decir, tienen el conocimiento pero saben muy poco del mismo. Y el tercer problema es que finalmente, cuando son capaces de identificar el conocimiento que tienen, no tienen ni la más remota idea de cómo gestionarlo, entre otras cosas, porque el conocimiento es un activo que se comporta de forma muy diferente a como lo hacen los activos tangibles y ante el que las prácticas habituales de gestión no dan muchos resultados. El conocimiento, a fin de cuentas, está directamente ligado a las personas y éstas no son propiedad de las organizaciones.
4. ¿Qué formas de gestionar el conocimiento serán más adecuadas para las organizaciones educativas?
Las mismas que para el resto de organizaciones. Si quieres gestionar algo, primero tienes que tener bien dimensionado eso que quieres gestionar y para ello necesitas contar con un mapa de conocimiento que te ayude a decidir por dónde empezar porque gestionar todo el conocimiento de una organización no deja de ser una quimera. Por otro lado, gestionar el conocimiento conduce irremediablemente a modificar el diseño organizacional ya que introduce prácticas de trabajo (colaborar, compartir, sistematizar, reflexionar, ayudar) que ponen en jaque los modelos jerárquicos y de retribución anuales. Se requiere también asignar la responsabilidad de implementar un modelo de gestión del conocimiento a un área de la organización que cuente con funciones, presupuesto y un plan adecuados para ello pero con el compromiso de desaparecer unos años más tarde, una vez cada individuo haya ido incorporando en sus tareas diarias la responsabilidad de gestionar el conocimiento. Eso sí, mientras no exista un entendimiento claro acerca de qué es el conocimiento y cómo se gestiona, el riesgo de concentrarse en proyectos tecnológicos estériles orientados a gestionar documentos e información, es enorme.
5. ¿Qué vinvula al aprendizaje, al conocimiento y a la innovación en el ámbito de las organizaciones educativas?
En este artículo http://www.catenaria.cl/km/newsletter/newsletter_53.htm, desarrollé precisamente este vínculo. Se trata de tres caras de la misma moneda. El conocimiento, es un acto, te habla del presente (de algo que eres capaz de hacer) pero que se relaciona con el pasado porque es el resultado de aprender. El conocimiento se tiene o no se tiene y, por tanto, es casi gratis porque demostrarlo es algo que no requiere mayor esfuerzo. El aprendizaje, sin embargo, es un proceso y no es nada barato, más bien al revés, requiere mucho esfuerzo (en tiempo y en dinero) y rinde frutos al cabo de mucho tiempo. El final de un proceso de aprendizaje es el conocimiento, es decir, algo que antes no eras capaz de hacer pero después de aprender sí lo eres. La innovación, sin embargo, te habla del futuro y generalmente ocurre cuando tienes un objetivo que te interesa alcanzar pero tu conocimiento no es suficiente para ello. Eso te obliga a buscar formas de lograrlo, a desarrollar estrategias, hipótesis, a probar escenarios, alternativas, hasta dar con la solución, con algo nuevo. El resultado de la innovación es un conocimiento nuevo, algo que eres capaz de hacer que antes no podías (que a su vez es fruto de un proceso de aprendizaje).